lunes, 3 de diciembre de 2018

crisis de valores

Crisis de los valores morales y éticos en la sociedad actual.

Como el paso del tiempo ha ido alejando tanto estas épocas del presente  se ha agregado una cuarta: la Época contemporánea cuando se intensificó la tendencia a la modernización. Fue la era de los descubrimientos científicos, el S.XIX o siglo de la luces, con el triunfo y desarrollo de fuerzas económicas y sociales que llevaron a la creencia de una cercana victoria sobre la ignorancia y la servidumbre por medio de la ciencia y  de las diferentes doctrinas sociales que tenían como finalidad la búsqueda de la felicidad del ser humano y que equivocados o no y a pesar de que implicaron terribles y devastadoras guerras que marcaron este período, siempre tuvieron como objetivo  el bien común, inspirados en la razón y en la validez de los viejos valores morales y éticos.        Resumiendo podemos decir que durante la modernidad el Hommo Sapiens Sapiens dio un salto imponente en su evolución cuando se dedicó a buscar las realidades trascendentales del mundo en que habitaba buscando unificar  todos los conocimientos que iba adquiriendo, tanto los científicos ( lo verdadero de los griegos) como los morales (lo bueno) y los artísticos (lo bello) para conseguir el control de las fuerzas naturales y lograr así el progreso Social entronando a “la diosa razón” lo que generó la aparición de grandes utopías, tanto sociales como políticas, económicas, tecnológicas, industriales etc.     

      El hombre moderno centró entonces su atención fundamentalmente  en la gente, redescubrió la naturaleza y la cultura y adoptó una posición científica positiva, abandonando a Dios como el centro absoluto de universo tal cual lo había hecho en el medioevo. Comprometido con la humanidad, enamorado de la vida se sintió básicamente optimista y trató de cambiar  el mundo, para lo cual comprometió su presente. Los  siglos XVII XVIII Y XIX constituyeron la era de las revoluciones: revolución científica newtoniana, la R. industrial la R burguesa y las liberales (Francesa y las independentistas americanas) con sus ideas de progreso y de confianza en la ciencia, que se caracterizó por el crecimiento de las grandes ciudades  y la aparición de una nueva conciencia social donde se reafirma el valor del hombre y se lo considera el protagonista de la historia procurando un futuro mejor para el mismo.             Durante el  S. XX la integración mundial creció y todo este crecimiento se hizo no sólo con un esfuerzo inmenso de  múltiples y brillantes pensadores, científicos y artistas que signaron este tiempo, sino también como consecuencia de la necesidad de aceptar y suplir la pérdida de millones de vidas humanas en las terribles guerras que se habían suscitado, siempre en la búsqueda de cumplir con el ideal de una mejor vida para todos lo que llegó a implicar  la pérdida del “yo” en beneficio del “nosotros”.   


         Según Eladio Urbina los hombres modernos se identificaron con Prometeo el dios griego que por haber entregado el fuego a los hombres debió transcurrir el resto de su existencia encadenado a una roca, sufriendo atroces dolores al ser sus órganos devorados diariamente, los cuales volvían a crecer indefinidamente  como condena de haber puesto en marcha la evolución de los seres humanos. Posteriormente Camús en 1932 cambió a Prometeo por Sísifo (mito del cual ya nos ha hablado el compañero Dr. Carlos Melogno) condenado éste por los dioses a hacer rodar una pesada roca desde la base hasta la cumbre de una montaña desde donde volvía a caer por su propio peso y que él debía constantemente volver  a levantar. Sísifo sufre, acepta su condena y trabaja.   

         Los objetivos que se plantearon en la modernidad son sin lugar a dudas los más caros a la humanidad. El problema no estaba en ellos sino en los medios que se estaban utilizando los que llevaron en los años sesenta a una nueva crisis en el mundo, en un tiempo de guerras, discriminaciones y conflictos de todo tipo, lo que generó la reacción fundamentalmente de la juventud que buscó separarse y diferenciarse de sus mayores surgiendo diferentes  movimientos de protesta por Ej. El mov. Hippie con sus banderas de anarquía y no violencia   los Beatles con sus  baladas de crítica,  la lucha por la liberación de la mujer, contra la discriminación étnica y de los homosexuales  entre otros.         Aparece en ese momento una canción emblemática contra la guerra de Vietnam, pregonando paz, compasión y libertad: “La respuesta está en el viento” de Bob Dylan que decía entre otras cosas ¿Cuántos caminos tiene que andar el hombre antes de que lo llamen hombre?- ¿Cuántos mares tiene que surcar la paloma blanca antes de que descanse en la arena?- Sí y ¿Cuánto tiempo tienen que volar las balas de cañón antes de que sean prohibidas para siempre?  - La respuesta amigo mío está soplando en el viento.
 Y el viento sopló, y se hizo temporal y otra vez la ley del péndulo


-La ambición de ser alguien en la vida y hacer el esfuerzo por lograrlo. Es más fácil robar y rapiñar y esto en todas las clases sociales, sin importarse de la vida o el respeto por el otro, sobre todo si “el otro” es “un viejo”. -La paciencia y la tolerancia en las relaciones humanas lo que incluye el compromiso de la pareja y la responsabilidad de la paternidad. A la vez disminuye la prudencia en la hora de gastar y el ahorro como forma de enfrentar situaciones inesperadas en el futuro lo que es sustituido por la compulsión de comprar. Es la época del consumo. También se hace innecesaria la melodía en la música, la buena voz para cantar, el talento y el ingenio en las creaciones artísticas. La lista puede llegar a ser muy larga y no quiero cansarlos. En fin todos los valores  que conocimos y estimamos  están enfrentando una dura batalla.








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